¿Cuáles son los factores de riesgo de un accidente cerebrovascular?

Accidente Cerebrovascular

La principal causa de un accidente cerebrovascular es la presión arterial elevada. Éste es el primer factor de riesgo de una serie que te relatamos a continuación, entre ellas: el sedentarismo, el alto consumo de radicales provenientes, entre otros, del tabaco, frituras o grasas hidrogenadas, el consumo de alcohol en exceso, consumir drogas, padecer problemas cardíacos como la fibrilación auricular u otras afecciones inicialmente no cardíacas ni vasculares como: diabetes o estrés.

Por otro lado, si atendemos a los factores de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular conocidos hasta la fecha pueden dividirse en función de si son modificables o no modificables. Si bien la mayoría de los ictus (aproximadamente el 80%) son isquémicos, muchos de los factores de riesgo son compartidos tanto para eventos isquémicos como hemorrágicos.

Los factores de riesgo de un accidente cerebrovascular

Factores de riesgo del ictus no modificables

Son denominados también marcadores de riesgo. Se trata de aspectos intrínsecos a la persona que no pueden ser modificables de forma externa. En este caso hablaríamos de los siguientes:

  • Edad: la edad constituye el factor de riesgo no modificable más importante. Ambos tipos de ictus son más frecuentes conforme van progresando las décadas de la vida.
  • Sexo: La relación del sexo con el riesgo está modulada por la edad. En general, la incidencia de los ictus suele ser ligeramente mayor en hombres, salvo en algunos tipos (ej: hemorragia subaracnoidea) y en edades por encima de 70-75 años, que es mayor en mujeres. Este es debido, principalmente, a la mayor esperanza de vida de éstas.
  • Raza/Etnia: Diferentes estudios han demostrado que personas de origen afroamericanos o hispanoamericanos tienen mayor incidencia y mortalidad por ictus. Este efecto parece estar mediado por el efecto de otros factores de riesgo como hábitos de vida o alimentación.
  • Genética: Algunas enfermedades transmitidas de forma génetica (ej. CADASIL, angiopatía amiloide, etc) pueden asociarse a una mayor incidencia del ictus.

Factores de riesgo del ictus modificables

El 80% de los ictus puede prevenirse controlando este grupo de factores. Los factores de riesgo modificables son los mismos para todas las edades. Sin embargo, la prevalencia de estos factores no es la misma en los diferentes grupos de edad. Por ejemplo: la hipertensión, la enfermedad cardiaca (incluida la fibrilación auricular) y la diabetes mellitus son los factores de riesgo más comunes entre las personas de mayor edad. Por el contrario, entre pacientes jóvenes, los factores de riesgo más comunes son la dislipemia, el tabaquismo e la hipertensión.

  • Hipertensión: cuanto mayor es la presión arterial, mayor es el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. La hipertensión arterial es el factor de riesgo más importante de todos los reconocidos para sufrir un evento cerebral hemorrágico con un riesgo relativo respecto a personas normotensas de entre 5 y 15 veces mayor frecuencia según estudios. En el caso de los ictus isquémicos, la hipertensión también juega un papel relevante.
  • Diabetes: los pacientes diabéticos prácticamente duplican el riesgo de sufrir un ictus, preferentemente de tipo isquémico. Los pacientes prediabéticos, así como los pacientes con resistencia a la insulina también tienen un mayor riesgo.
  • Dislipemia: consiste en la presencia de altos niveles de lípidos (colesterol, triglicéridos o ambos) que son trasportados por las lipoproteínas en la sangre. El riesgo es mayor cuando las cifras de LDL-colesterol y triglicéridos aumentan y cuando las de HDL-colesterol (comúnmente llamado colesterol bueno) disminuyen.
  • Sedentarismo/Obesidad: el ejercicio físico es una potente herramienta para reducir la incidencia de un ictus. Los sujetos activos físicamente tienen un 25-30% menor riesgo de sufrir un ictus. La combinación de obesidad, dislipemia, hipertensión y resistencia a la insulina suele ser frecuente. Esta combinación, denominada Síndrome Metabólico, constituye una causa frecuente de ictus, sobre todo en la mujer.
  • Consumo de alcohol: el consumo de grandes cantidades de alcohol se ha asociado a un mayor riesgo de ictus. Este efecto parece estar mediado por el efecto que la ingesta de alcohol tiene sobre otros factores como la tensión arterial, la diabetes, el peso, etc.
  • Tabaquismo: la nicotina y el monóxido de carbono del humo del tabaco daña el sistema cardiovascular de múltiples formas aumentando el riesgo de ictus. El riesgo parece incrementarse de forma proporcional al número de cigarrilos/día.
  • Estrés: algunos estudios han demostrado que las situaciones asociadas a altos niveles de estrés sostenido en el tiempo (trabajos de alta tensión,rasgos de personalidad específicos, cuadros de ansiedad prolongados, etc) se asocian con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular. El efecto del estrés parece estar mediado tanto por mecanismos indirectos, como el aumento de otros factores de riesgo (tensión arterial, etc), como también por un efecto directo sobre los sistemas reguladores de nuestra sistema inmune-inflamatorio el cual actuaría de forma negativa sobre el sistema cardiovascular favoreciendo la presentación de un ictus.
  • Cardiopatías embolígenas, fibrilación auricular: la fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más frecuente en la práctica clínica. La fibrilación auricular incrementa 4-5 veces el riesgo de sufrir un ictus, sobre todo conforme avanza la edad.
  • Tratamiento hormonal sustitutivo/anticonceptivo: en mujeres, el riesgo de ictus en pacientes bajo uso de contraceptivos orales es entre 1.5 o 2 veces mayor e incluso mayor en mujeres de mayor edad o con otros factores de riesgo asociados.
  • Otros factores tanto sociales (aislamiento social), emocionales (depresión) como biológicos (biomarcadores inflamatorios) también se han asociado con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular.

La prevención, vital para evitar un accidente cerebrovascular

En conclusión, la prevención primaria, por tanto, estará enfocada en identificar y manejar factores de riesgo vascular conocidos, así como estrategias no farmacológicas y cambios en el estilo de vida (dejar de fumar, llevar una dieta rica en frutas y verduras y con un contenido de sal reducido, realizar actividad física, bajar de peso, reducir el estrés, etc).

No obstante, la investigación de factores de riesgo nuevos o “emergentes” sigue siendo un área de investigación activa.

Área de Fisioterapia de IRENEA en Vithas Hospital VITHAS Valencia al Mar.

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Imagen: Pixabay

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