Volver al trabajo tras sufrir daño cerebral

Planificación para volver a trabajar tras sufrir daño cerebral

No nos damos cuenta del valor que tiene la cotidianidad hasta que nos falta. Cuando algo nos impide desarrollar nuestras rutinas hasta las obligaciones más tediosas nos parecen un sueño. Tras sufrir un daño cerebral grave el paciente se ve obligado a abandonar todas sus actividades diarias incluidas, por supuesto, las laborales y/o formativas.

El deseo de volver a trabajar

Tras el parón que supone la atención clínica inicial y la posterior rehabilitación es cuando se plantea el dilema de si se puede retomar la vida asumiendo las mismas responsabilidades.

Con frecuencia vemos que tanto el paciente como la familia tienen prisa por volver a la misma rutina, como si todo se fuera a normalizar cuando la retomen. Esta urgencia puede hacer que tomen decisiones precipitadas que les conduzcan a situaciones en las que no puedan cumplir con sus proyectos, que les generen angustia y en las que se sientan incompetentes.

Toma de conciencia de las secuelas y limitaciones

Para que esta reincorporación pueda ser sencilla y eficaz es recomendable que durante las últimas fases de la rehabilitación junto con los profesionales que les están atendiendo (psicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas…) se pueda reflexionar sobre cuáles son las secuelas, las limitaciones que provocan y las implicaciones que tienen en la vida. Esta toma de conciencia previa es fundamental para aprender e integrar la forma de compensar las dificultades.

Grado de incapacidad

Cuando llegue el momento y en el caso de haberlo cursado, con la guía de trabajo social tendremos que ajustarnos a las posibilidades que ofrezca el grado de incapacidad que haya dictaminado el INSS en función de las secuelas:

  • Incapacidad parcial para la profesión habitual. Permite realizar al menos una parte importante del trabajo habitual.
  • Incapacidad total para la profesión habitual. No es posible realizar el trabajo habitual, pero se puede optar a otros empleos.
  • Incapacidad absoluta para cualquier trabajo. No permite realizar ningún trabajo.
  • Gran invalidez. No permite realizar ningún trabajo y reconoce que el paciente necesita ayuda para atender sus necesidades básicas.

Las trabajadoras Sociales nos orientarán sobre todas las cuestiones legales que implican cada uno de los grados. En el caso de que no se haya dictaminado ninguna minusvalía o la resolución sea de Parcial o Total será cuando tendremos que valorar como se hace la reincorporación al mundo laboral.

Planificar la vuelta

Cuando, tras la baja, se vaya a retomar el mismo empleo es recomendable con antelación planificar junto con la empresa como va a ser la vuelta:

  • Analizar cómo se desarrolla el puesto de trabajo y cuáles son las responsabilidades para anticipar y resolver posibles dificultades.
  • siempre que se pueda es preferible que se haga una reincorporación progresiva en la que se vaya graduando el nivel de exigencia y el tiempo dedicado.
  • Una vez se empiece a trabajar es conveniente ir reevaluando la situación por si hay cambios o adaptaciones que puedan mejorar el rendimiento y la competencia.

En el caso de Incapacidad Total o cualquier otra circunstancia que haga que no sea posible volver al mismo empleo no tenemos por qué renunciar al mundo laboral, en esos momentos hay que abrir el abanico de posibilidades para elegir otro camino de nuestro interés que esté acorde a nuestras capacidades actuales.

También aquí es oportuno hacer una reflexión sobre nuestras preferencias, fortalezas y debilidades para marcarnos el objetivo más ajustado y que en nuestra vida el trabajo sea más una gratificación que una obligación.

Área de trabajo social del Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas Hospital VITHAS Aguas Vivas.

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