No es la misma persona II. Características y tratamiento de la desinhibición

Como hemos comentado la desinhibición se caracteriza por la aparición de unas conductas que resultan inapropiadas en sí mismas o por el contexto social en el que se presentan, produciéndose muy frecuentemente tras sufrir un daño cerebral. Se manifiesta como desinhibición social, desinhibición sexual, verborrea, infantilismo, euforia y/o moria.

La desinhibición social consiste en comentarios fuera de lugar con personas inadecuadas o en momentos poco propicios, como si el paciente hubiera perdido la vergüenza, o las normas sociales, fuera menos decoroso que de costumbre y se aventurara a hablar o opinar sin importarle lo que otros pudieran pensar o sentir, puede haber tendencia al chiste fácil o a la broma.

Los pacientes desinhibidos socialmente pueden decir lo que piensan o sienten sin ser conscientes de las consecuencias que esto puede tener. Ser demasiado familiares con extraños, usar un vocabulario más rudo o con palabrotas y en general mostrar un comportamiento que puede llegar a resultar impredecible. Además se puede mostrar desinhibición sexual que se caracteriza por comentarios de índole sexual fuera de lugar, tocamientos o exibiciones de conductas íntimas en público. Puede aparecer cierta euforia inmotivada, y los pacientes presentar un estádo de ánimo más alegre del normal para las situaciones que se están viviendo, mostrar una conducta infantil, un lenguaje verborreico o risa jocosa y desmotivada, es decir, risa fácil ante situaciones que no son graciosas. Las conductas desinhibidas se caracterizan por presentarse en situaciones inapropiadas, en el momento inapropiado y/o ante las personas equivocadas.

Como todas las alteraciones conductuales pueden darse en diferente intensidad, de modo que pueden aparecer como cambios sutiles o suponer un gran cambio en su personalidad y tener graves consecuencias a nivel social, llevando al aislamiento social, laboral, dificultando la posible reinserción y/o durante el propio proceso de recuperación, dificultando la adherencia y motivación del paciente frente a la terapia de rehabilitación.

¿Por qué se producen las conductas desinhibidas?

Estas manifestaciones conductuales están relacionadas una vez más con lesiones en el lóbulo frontal, concretamente en el área orbitofrontal del cerebro o en sus conexiones con otras estructuras del mismo, particularmente con el sistema límbico. Puede producirse por ejemplo tras traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares o por lesiones ocupantes de espacio en estas áreas como puede ocurrir con los tumores cerebrales. Tras la lesión los pacientes pierden la capacidad para controlar su conducta y anticipar las consecuencias de sus actos, mostrando dificultades además para reconocer las emociones de los demás, en qué piensan o cómo se sienten, todo lo que en situaciones normales nos ayuda a regular nuestra conducta y a relacionarnos socialmente.

¿Cómo debemos actuar ante conductas desinhibidas?

Como hemos comentados el control farmacológico, el entrenamiento en habilidades sociales y solución de problemas, las técnicas de modificación de conducta y los grupos para mejorar la conciencia de enfermedad son esenciales para regular la desinhibición.

Normas para la deshinibición de la guía para familiares de personas con DCA del Instituto de Rehabilitación Neurológica de Hospitales VITHASGuía para familiares del Instituto de Rehabilitación Neurológica de Hospitales VITHAS

Estas son algunas pautas a tener en cuenta a la hora de enfrentarnos a estas conductas:

  • Extinción, es decir ignorar, los comentarios inapropiados en el momento en el que se producen.
  • Si hay suficiente capacidad cognitiva explicar después del episodio porqué su conducta no es apropiada.
  • Entrenar el cambio ayudándolos a reconocer señales de aviso y participando en el entrenamiento de conductas alternativas.
  • Ante situaciones en las que los pacientes hablan sin parar reconducir las conversaciones y cortar si es necesario.
  • Evitad reírnos de las conductas graciosas (chistes o piropos) ni incitar al paciente a que cometa este tipo de conductas para no fomentarlas. Si incitamos estos comentarios pueden darse con más frecuencia y en situaciones muy poco apropiadas.
  • Cortar la interacción ante situaciones en las que el paciente se tome demasiadas libertades con personas que no son cercanas.

El papel de las familias y el entorno será pues clave para ayudar al paciente, por lo que darnos cuenta y aprender a reconocer estas alteraciones y seguir las pautas a la hora de actuar ante ellas puede facilitar mucho la recuperación. El camino de la rehabilitación siempre es mucho más fácil si trabajamos en equipo familias, pacientes y terapeutas.

Si necesitas más información sobre la desinhibición, no dudes en contactar con cualquiera de nuestros centros de daño cerebral.

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