Mi vida tras el accidente, una etapa muy importante y dura

 

Arantxa ha querido compartir con vosotros su experiencia personal tras sufrir un atropello. Contar qué pasaba por su cabeza y qué sentía en cada fase de su rehabilitación, ahora que el proceso rehabilitacion ha finalizado y Arancha se encuentra retomando sus actividades previas.

Cuando me pidieron que contara mi experiencia personal en el campo de la neurorehabilitación la verdad es que me sentí en el primer momento muy alagada, creo que me sentí así sobre todo porque las personas que se dedican profesionalmente a esto, y que me han ayudado y acompañado en una etapa muy importante y dura de mi vida, han considerado que tengo algo que merece la pena contar. Cuando estaba sumergida en la alegría que me aportó tener esta oportunidad fue entonces cuando me planteé seriamente cómo relatar lo que me he visto obligada a vivir y a aceptar, sin opción a negarme, en un momento de mi vida que seguramente no era el más propicio para hacerlo y que a ciencia cierta no estaba preparada para lo que se me venía encima.

Hace más de dos año, cuando iba caminando y en ruta hacia mi puesto de trabajo en una empresa que desarrolla su función con empresas del Puerto de Valencia fui atropellada por un coche en una avenida. El atropello que sufrí fue muy grave y mi vida estuvo en peligro desde el minuto cero hasta que un mes y medio después empecé a despertar del coma médico más severo que me tuvieron que inducir para lograr que superará el traumatismo craneal que padecí tras el impacto contra el automóvil. Cuando lo consideran oportuno en el hospital donde estaba ingresada me trasladaron para hacer tanto mi rehabilitación física como neurológica al Hospital Valencia al Mar.

La rehabilitación que desarrollé en el Hospital Valencia al Mar fue larga y dura. Una parte de mi experiencia con esta rehabilitación difícil de contar y de reconocer que fue durísima es la que corresponde a los primeros meses, fue dura porque yo no sabía ni porque estaba allí, ni porque iba en silla de ruedas, ni porque hablaba conmigo gente que no eran ni mi familia ni mis amigos, es decir, no comprendía nada de lo que estaba pasando a mi alrededor. Recuerdo una habitación en el hospital, recuerdo que entraba gente a mi habitación y me preguntaban cosas pero no recuerdo si las contestaba, recuerdo que me bajaban diariamente a la planta baja donde estaban conmigo otras personas con bata blanca y otras con monos azules, estas personas me hacían hacer ejercicios tanto físicos como ejercicios en hojas de trabajo, recuerdo que yo tenía rechazo no hacia estas personas sino más bien hacia la situación porque yo no quería hacer nada, sólo quería irme de allí porque creía que estaba perfecta y quería que me dejaran en paz. De esta experiencia puedo decir que fue dura sobre todo por mis cambios de conducta y por las cosas sin sentido que decía por mi boca pero también tengo que decir que ahora sé que era necesaria, era necesaria primero porque después de un coma inducido donde dejan tu cerebro durmiendo lo más profundo posible necesitas empezar a hacerlo todo desde cero incluso las cosas que de normal hacemos automáticamente ahora tenía que pensar como lo hacía, necesitaba aprender a asearme por las mañanas, necesitaba aprender otra vez a escribir, necesitaba volver a sumar y a restar, necesitaba estar con gente que no protegiera constantemente de todo, necesitaba volver a tener curiosidad por las cosas y preguntar, necesitaba luchar con la frustración de saber que habían cosas que antes hacía pero que ahora no podía hacerlas y necesitaba sobre todo coger conciencia de que algo me había pasado pero que no estaba sola.

Cuando pasé esta fase empecé otra también muy dura, en esta fase mi rehabilitación a nivel físico era más amplia que la inicial porque ya no iba en silla de ruedas ya que por fin mis fisioterapeutas me habían hecho entender hasta donde podía llegar mi cuerpo y que la silla ya no me ayudaba, por tanto la interacción con mis compañeros era mayor. En esta fase también la rehabilitación a nivel cognitivo y ocupacional era más compleja, a nivel cognitivo día a día iba mejorando, primero tardaba dos días o tres en acabar un ejercicio pero con el paso del tiempo cada vez me ajustaba más al deathline propio de la tarea y además era más consciente de que mejoraba y más me centraba en mis obligaciones, a nivel ocupacional también mejoraba, empecé con tareas simples y poco a poco con el paso de los días ya era capaz de escribir recetas de platos en un recetario, hacer listas de la compra, ir a comprar y cocinar siempre en compañía de mis compañeros de terapia y supervisados por un terapeuta. De esta fase también quiero resaltar que la dureza también iba relacionada con el hecho de que ya no estaba ingresada en el hospital, ahora ya estaba en mi casa y sólo acudía a Valencia al Mar dos horas diarias por lo que muchas tareas me ayudaban a realizar en horas de terapia ahora tenía que hacerlas sola y sin supervisión en mi casa, ya no había nadie que me dijera cómo era la mejor forma de hacerlas era yo la que tenía que evaluarlo y hacerlo y asumir el resultado cuando llegaban momentos en los que no podía hacerlo. Cuando se estaba acabando este periodo comenzaba otro en el que ya se podía observar que mi alta del hospital estaba en camino, y me llegó el momento y llegó mi alta.

Hace unos meses que Valencia al Mar me dio el alta, pero lo más curioso de esto es que este alta no significa que estás perfecto o curado sino significa que ya se ha acabado el camino en el que ellos te pueden acompañar, ahora empieza el camino en el que tienes que caminar sólo, ahora empieza la ruta en la que tienes que ser responsable de tus actos porque la vida te ha cambiado y tienes que desarrollar todas tus actividades siendo consciente de tu actual rendimiento o limitación. Los hay que tras una experiencia así tienen limitaciones físicas, limitaciones en las que el cuerpo no acompaña a tu voluntad, hay limitaciones mentales en las que el cuerpo está bien pero tu conducta no entra dentro de lo que se considera normal, y hay casos en las que ambas están limitadas. Tenemos que ser conscientes de que este cambio en nosotros con seguridad afecta también a las personas de nuestra vida como son padres, madres, parejas, hijos, hermanos , amigos , a ellos les afecta porque su relación contigo cambia, en función de tu caso ellos tendrán más implicación o menos en todo lo que tú hagas.

 

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