La mirada de Llorenç: entrevista a Evaristo Ribes Miñana de paciente a actor

Obra de teatro en la que actúa Evaristo, ex paciente de Vithas IRENEA.

Evaristo Ribes, de 35 años, sufrió un terrible accidente cuando se durmió conduciendo en su furgoneta tras impactar con un camión. Después de despertar del coma y superar un periodo de amnesia postraumática debido a un traumatismo craneoencefálico, entró en Vithas Aguas Vivas consciente de su potencial para recuperarse.

Los terapeutas que lo trataron dicen que, como le sucedió tan joven, ha tenido que reinventarse para derribar ciertas barreras una vez concluida su terapia. El estímulo perfecto fue integrarse en una compañía de teatro, además de ayudar desinteresadamente al ayuntamiento de su pequeño pueblo, Sant Joanet (Valencia), contribuyendo al bienestar de sus ciudadanos.

¿Qué era de tu vida antes del traumatismo craneoencefálico?

Estaba trabajando haciendo probetas de hormigón, que es un muestreo que se utiliza para realizar ensayos mecánicos del hormigón endurecido. También salía de fiesta e iba mucho a pescar.

¿Qué te sucedió cuando tuviste el accidente?

Fue el 3 de junio de 2005, y según dicen, mientras conducía una furgoneta para llevar las probetas de hormigón, me dormí y me pasé al otro carril. Un tráiler que pasaba por allí me pitó, pero no me desperté a tiempo y choqué contra él de cara.

¿Adónde te ingresaron? ¿Estuviste en coma mucho tiempo?

Tras estar en dos hospitales, pasé a rehabilitarme a Vithas Aguas Vivas. Antes estuve siete meses en coma.

¿Qué percepción tenías en ese momento tan difícil para ti?

Mi percepción de la realidad era que no sabía lo que me había pasado. Creía que estaba soñando.

¿Conocías Vithas Aguas Vivas?

No, no lo conocía. Una chica de mi pueblo vino a visitarme al Hospital. Ella trabaja en Vithas Aguas Vivas y les dijo a mis padres que fuéramos allí.

¿Qué hacías en tus sesiones de terapia en el Servicio de IRENEA?

Cuando estaba en el otro hospital no quería ir a fisio y tenía un poco de logopedia. Luego fui a Vithas Aguas Vivas y me lo tomé mucho más en serio. Allí me mandaban fisioterapia, terapia cognitiva, terapia ocupacional y logopedia. Recuerdo que me rehabilitaba en la piscina adaptada del hospital y que subía a un robot que te permite intentar poder caminar, denominado Lokomat. A punto de finalizar la terapia, ya iba con muletas desde la sala de fisio hasta el taxi.

Supongo que fue de vital importancia el apoyo de tu familia y de tus amigos.

Sí que me ayudaron mucho y creo que sin ellos no me hubiera recuperado como estoy.

¿Cuándo te dieron el alta? ¿Continúas en contacto con tus compañeros ex pacientes y terapeutas?

Me dieron el alta en septiembre de 2008, cuando consideraban que estaba preparado para poder iniciar actividades más allá de la rehabilitación y que contribuyesen a mi integración laboral y social. Nos seleccionaron a tres pacientes de Vithas Aguas Vivas y nos tramitaron plazas en el CRMF (Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física) de Albacete. Y sí, mantengo el contacto con algunos compañeros y algún fisio y, sobre todo, de una enfermera.

¿Crees que tuviste un cambio a mejor en esos meses en el Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física en Albacete?

Me fui a Albacete muy contento y con ganas de superarme. Yo diría que en muchos aspectos sí que mejoré, pero en otras cosas no.

¿Qué les dirías a los pacientes que están en pleno proceso rehabilitador?

Se lo dije a uno que conozco desde hace más de 15 años: si yo tenía más del doble mal que él y lo conseguí, todos podemos mejorar mucho. Perfectos como antes no, pero estar mucho mejor, sí.

¿Qué secuelas tienes en la actualidad?

Tengo disartria y una leve sordera, y ahora, según mis padres, dicen que me he vuelto mucho más agresivo. Solo con oír algo me cabreaba tanto que me daba por pegar puñetazos a las paredes o portazos, y no sé porqué. Pero ahora me estoy con una medicación que me recetaron los médicos de Vithas IRENEA y estoy siempre relajado y tranquilo.

Los rehabilitadores dicen sobre ti que tuviste una buena evolución mientras te rehabilitabas, debido en parte por tu superación personal.

Creo que si yo tuve una gran recuperación es porque yo mismo siempre tenía en mente que me iba a recuperar y si los fisios me decían que hiciese ese ejercicio dos veces, yo lo hacía cuatro.

¿Cuándo te planteaste apuntarte al teatro?

A mí siempre me ha gustado subir al escenario a hacer reír a todos y en mi pueblo montaron un grupo de teatro que se llama La Carrasca. A mí me llamó la atención, y cuando ya estaban cinco o seis años actuando, un día me dijeron si quería salir en una obra. Salimos dos chicas y yo en esa representación, que se llamaba “Geperut i coixo”, y desde ese día llevo siete u ocho años saliendo. Somos en el grupo once o doce personas, y vayamos donde vayamos, todos dicen que somos los mejores que han ido a actuar allí.

¿Antes de que te pasara el traumatismo craneoencefálico estabas integrado en una compañía amateur o no lo habías probado nunca?

Antes del accidente me gustaba mucho llamar la atención divirtiendo a la gente y salía en los play-back o de voluntario en alguna comparsa.

¿Es complicado retener los diálogos que tienes que aprender?

Al principio me aprendía lo que yo tenía que decir y lo de mis compañeros y compañeras, pero ahora me cuesta más pero lo digo y hago, y según mis compañeros y el mismo público dicen que lo hago de maravilla.

¿Tus compañeros de teatro te ayudan a superar las barreras?

Sí, me apoyan y me ayudan mucho. Por eso salgo tan a gusto y, como antes decía, llevo siete u ocho años en el grupo. Incluso mi director pensó en una obra en la que yo no tenía un personaje al cual representar, así que hizo ocho o nueve frases para que yo saliera.

Grupo de teatro de Evaristo, ex paciente de Vithas IRENEA.

¿Tienes alguna preferencia atendiendo a tus gustos artísticos o prefieres alternar con géneros clásicos y contemporáneos?

Me da igual, hago lo que me dicen e intento representar con palabras y gestos lo que creo que mejor encaja.

¿Qué haces en la actualidad a parte del teatro?

En el Ayuntamiento de Sant Joanet colaboro en lo que me dicen. Por ejemplo, echar los papeles viejos o bloques de papel a un triturador, escaneo, hago de cartero… Es decir, que voy a casas a llevar papeles, copio pasando papeles al ordenador a Word o Excel… todo lo que me piden.

¿Tienes en mente volver a conducir?

Eso es lo que más deseo.

Cuando echas la vista atrás y miras lo que has conseguido hasta la fecha, supongo que estarás feliz por haber logrado metas inimaginables tras tu accidente.

Pues sí. Pero también en muchas cosas que me estoy perdiendo y no puedo.

¿Crees que tras tu traumatismo craneoencefálico has madurado como persona?

A veces sí, siendo siempre positivo, adaptándome a mis circunstancias. Pero en otras situaciones en que debo hablar o reaccionar creo que he empeorado un poco.

¿Te gustaría intentar algún estímulo nuevo?

Claro que me gustaría pero sé que me costaría, me cansaría y lo dejaría enseguida. Aunque me hubiera gustado estudiar para ser artista de cine o algo por el estilo.

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